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 Entrevistas + Reportajes 

Locales, surf femenino y Agatha Christie

De la evolución e historia del surf en Canarias

Agatha Christie (Agatha Mary Clarissa Miller 1890-1976) es con más de 2.000 millones de copias vendidas de sus libros y traducida a más de 100 idiomas la escritora más leída de toda la historia. Pero… ¿qué tiene que ver Agatha Christie con el surf? Y sobre todo, ¿qué tiene que ver con la historia del surf en Canarias?

 

 

 

 

 

Agatha Christie  Foto:Archivo Agatha Christie

Para poder contestar a esta pregunta lo primero es conocer un poco cómo fue la vida de Agatha Christie hasta que en el año 1927 visitó Canarias.

Agatha Mary Clarissa Miller nació en Torquay (Reino Unido) perteneciente a una familia de clase media alta, se educó en colegios privados y más tarde en varios institutos de París, pero pasó a la historia como Agatha Christie al adoptar el apellido de su primer marido tras su boda en 1914 con el aviador Archibald Christie. Durante la Primera Guerra Mundial su marido fue enviado al frente y ella contribuyó al esfuerzo de guerra británico trabajando como enfermera en un hospital de campaña. Tras la guerra comenzó a escribir y en 1920 sacó su primera novela “El misterioso caso de Styles” donde presentó al famoso detective belga Hércules Poirot, que se convertiría en su más mítico personaje junto a Miss Marple.

Hasta aquí nada que tenga que ver con lo que venimos a tratar en este artículo, hasta que en el año 1922 Agatha y su marido Archibald visitan Sudáfrica. En Ciudad del Cabo ambos conocerían el surf, deporte que experimentó por primera vez en 1922 en la playa de Muizenberg. Poca importancia se le da al hecho de que se cree que es la primera mujer occidental en ponerse de pie sobre una tabla de surf, o al menos que haya constancia de ello. Acto que desde aquí reclamamos como un verdadero acontecimiento dentro del mundo del surf femenino y que como decimos poca importancia se le da.

La lectura de An Autobiography y The Grand Tour revela la pasión de la escritora por dominar el arte del surf y algunos desafíos que enfrentó mientras conocía las olas.

“Cada vez que podíamos robar tiempo libre, o más bien cuando Archie podía, tomábamos el tren e íbamos a Muizenberg, conseguíamos nuestras tablas de surf y salíamos a surfear juntos.”

 An Autobiography

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agatha Christie y amigo. Sudáfrica 1922 Foto:Archivo Agatha Christie

 

 

Se deleitó con los detalles de las tablas en Sudáfrica y escribió repetidamente sobre su deseo de mejorar sus habilidades de navegación en cartas a su madre en 1922.

 

“Sin embargo, nadar es un poco dócil después de surfear. Vamos a comprar tablas curvas ligeras (que no te pinchen en el medio) y dominaremos absolutamente el arte.”

 The Grand Tour, una carta a su madre, febrero de 1922

 

“Por la tarde, más baños en Muizenberg, y compramos tablas de surf con extremos curvos, mucho más fáciles y menos dolorosas, y creo que uno podría divertirse mucho con ellas en Paignton en un día difícil.”

 The Grand Tour, una carta a su madre, febrero de 1922

 

 

 

 

Agatha Christie "surfeando" en Sudáfrica 1922 Foto:Archivo Agatha Christie

 

Animados por esta agradable experiencia en Sudáfrica, Archie y Agatha hicieron un viaje a Hawai cuando pudieron tomarse un tiempo libre de sus deberes laborales. Christie recuerda su emoción al llegar a Honolulu:

 

“Llegamos a primera hora de la mañana, nos metimos en las habitaciones del hotel y enseguida, viendo por la ventana a la gente surfeando en la playa, bajamos corriendo, alquilamos nuestras tablas de surf y nos lanzamos al mar.”

 An Autobiography


Pero, como ella humildemente admite, “Éramos, por supuesto, completamente inocentes”. Habían elegido un mal día para surfear, uno que debería reservarse para los expertos en este deporte, pero pensó ingenuamente que “nosotros, que habíamos surfeado en Sudáfrica, creíamos que sabíamos todo sobre el tema”. Sin embargo, la pareja no se percató del hecho de que ese día no estaban las olas para ellos, dos “principiantes”, aunque “creyeran que lo sabían todo sobre el tema” se podían poner en peligro o incluso al resto de surfers, hecho que les fue advertido fuera del agua por un observador alarmado o lo que intuimos que sería un surfer local con buenas intenciones. Volver al agua día tras día en Hawai, enfrentar quemaduras solares, neuritis y por supuesto, los inevitables problemas de vestuario que uno espera en el mar…

 

“Todos nuestros días los pasamos en la playa y en el surf, y poco a poco aprendimos a ser expertos, o al menos expertos desde el punto de vista europeo.”

 An Autobiography

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agatha Christie Waikiki Beach 1922 Foto:Archivo Agatha Christie

 

El surf era muy diferente en Hawai de lo que había sido en Sudáfrica. La diferencia más obvia era la tabla de surf. En Sudáfrica, las tablas eran cortas, curvas y hechas de madera liviana y delgada. En Hawai, sin embargo, eran grandes losas de madera, ridículamente largas y aún más ridículamente pesadas. Aún más pesadas por el hecho de que, para encontrar una ola decente para atrapar, una persona tenía que remar la tabla muy muy lejos, desde la orilla hasta un arrecife donde rompían las olas.

Luego estaba la cuestión de qué hacer cuando coges la ola correcta. En Sudáfrica, los surfistas montaban la ola acostados. En Hawai, las montaban de pie.

 

“Primero tienes que reconocer la ola adecuada cuando llega y en segundo lugar, aún más importante, tienes que reconocer la ola equivocada cuando llega, porque si te atrapa y te obliga a bajar al fondo, que el cielo te ayude…”

 An Autobiography

 

En ese primer día, Agatha efectivamente atrapó “la ola equivocada”. Ella y su tabla se separaron y la obligaron a sumergirse muy lejos. Tragó “litros de agua salada” y llegó a la superficie sin aliento. Un joven estadounidense recuperó su tabla para ella y le dijo:

“Dime, hermana, si yo fuera tú, no saldría a surfear hoy. Te arriesgas mal si lo haces. Toma esta tabla y ve directamente a la orilla ahora’”.

 An Autobiography

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Surfers en la playa de Waikiki 1922 Foto:Archivo Agatha Christie

 

¿Te suena de algo esta historia? Un surfer local intentando que un surfer inexperto no se ponga en peligro y por supuesto que no ponga en peligro al resto de surfers. Agatha lo entendió perfectamente y siguió su consejo. Con el tiempo, Archie se unió a ella en la orilla. 

A veces las malas maneras pueden a algún surfer local cansado ya de ver a tanta y tanta gente que entra sin sentido, sin conocer nada del lugar, poniéndose en peligro, molestando y poniendo en peligro a los demás, pero la realidad es que de alguna manera tienen razón a la hora de advertir a todas esas personas inexpertas que no entienden el funcionamiento del mar y las corrientes, en definitiva, el surf y que directamente molestan la practica deportiva normal del resto. No conozco a nadie, con mis más de 35 años de surf en estas playas de Canarias, que siendo un surfer experto haya tenido problemas de surfear en cualquier ola del mundo. Aunque, “bobilines” hay en todas las playas… Parte del problema creo que es que todos nos creemos “surfers expertos”. Como Agatha y su marido cuando pensaban que “nosotros, que habíamos surfeado en Sudáfrica, creíamos que sabíamos todo sobre el tema”

Los surfers locales de cualquier playa del mundo al principio (en lugares donde no hay surf o son solo unos pocos individuos) son receptivos con todos y con todo lo que viene de fuera. Incluso te enseñan algún lugar “secreto” para surfear y te dan alojamiento. Con el tiempo, tras la invasión de más y más gente, y sobre todo de gente inexperta, es cuando se convierten en “surfers locales” como tal y comienzan a echar gente del agua. A veces incluso equivocándose porque ya hay tanta, tanta gente, que ya no saben distinguir entre surfers que vienen de fuera “inexpertos” o si ya eres un “surfer” de verdad de segunda o de incluso de tercera generación y campeón del lugar de donde vengas. Al final el surfer local se cierra en banda y ya todo lo que viene de fuera directamente “no es bueno”. Y sí, muchas veces se equivocan pero en general (repito: en general) cuando alguien te dice que “hoy no es un buen día” o “aquí no deberías estar” o que “mejor ponte en otro sitio a aprender” lo hace por la seguridad de todos, incluido la tuya.

Agatha, en su segundo día se metió en el agua y las olas le arrancaron el largo vestido de baño de seda. Se cubrió y entró en la tienda de regalos del hotel donde compró un “vestido de baño de lana verde esmeralda, diminuto, maravilloso, que fue la alegría de mi vida, y en el que pensé que me veía muy bien”.

A los pocos días se mudaron a un chalet más económico al otro lado de la calle. Pasaban todo el tiempo en la playa o en la ciudad bebiendo refrescos helados y comprando medicinas para las quemaduras solares. Aprendieron a usar camisas en la playa porque sus espaldas estaban cubiertas de ampollas por las quemaduras solares. Sus pies fueron cortados en tiras del coral, por lo que compraron botas de cuero para usar en el agua.

Después de diez días, las habilidades de Agatha en una tabla de surf estaban mejorando.

“Al comenzar mi carrera, me levantaba con cuidado hasta mis rodillas en la tabla, y luego me esforzaba por ponerme de pie. Las primeras seis veces, daba pena... [pero] ¡Oh, el momento de triunfo total fue el día que mantuve el equilibrio y llegué directamente a la orilla de pie sobre mi tabla!”

 An Autobiography

 

Debido a un remo tan vigoroso, Agatha desarrolló una distensión en el brazo izquierdo. El dolor era insoportable y la despertaba en las primeras horas de la mañana. Sin embargo, Agatha siguió surfeando porque había descubierto el surf.

“Nada parecido. Nada como correr por el agua a lo que te parece una velocidad de unas doscientas millas por hora... hasta que llegas, disminuyendo suavemente la velocidad, a la playa y te hundes entre las suaves y fluidas olas”

 An Autobiography

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agatha y su tabla en Hawai   Foto:Archivo Agatha Christie

 

 

Pero…. ¿Y qué tiene todo esto que ver con el surf en Canarias? Pues bien, continuemos con la historia.

Agatha y su marido Archibald eran unos apasionados del surf y de los viajes y además de Sudáfrica y Hawai también visitaron entre otros países Australia y Nueva Zelanda. Pero, a finales de 1926, ya en Inglaterra, Archibald Christie reveló que se había enamorado de otra mujer (Nancy Neele) y el 3 de diciembre tras una discusión Agatha desapareció. Durante 11 días más de mil agentes de policía, 15.000 voluntarios y varios aviones rastrillaron e investigaron la zona rural en busca de Agatha. Su desaparición incluso apareció en la primera plana de The New York Times en los Estados Unidos.

Tras unas circunstancias un poco rocambolescas en las que entre otras cosas apareció su coche a 350 km al norte de Londres abandonado en un lago junto con prendas de ropa y un pasaporte caducado y en la que se Agatha se hospedó en un hotel con otro nombre… cuando apareció dijo no recordar nada e incluso dijo no reconocer a su marido. Tras esto recibió un tratamiento psiquiátrico.

En Febrero de 1927 siguiendo el consejo de su cuñado abandona el Reino Unido y viaja a Canarias. Primero se dirige a Tenerife donde pasa un tiempo y luego recala en Gran Canaria. En Gran Canaria se alojó en el hotel Metropole, lo que actualmente son las oficinas municipales del Ayuntamiento de Las Palmas de GC, que era regentado por ingleses y en el que ella se sentía como en casa. Alguna de las aventuras de Hércules Poirot se escribieron desde la terraza de este hotel. Y es aquí donde por nuestra parte ya no estamos muy de acuerdo en algunas cosas de las que se han escrito. Se dice que Agatha practicaba el “deporte” del surf y esto es un hecho que aquí hemos demostrado. En lo que no estamos muy seguros es de si lo practicó en nuestras playas. La verdad es que a Agatha le gustaba mucho nuestra ciudad e incluso escribió: “la ciudad tenía dos playas perfectas” haciendo referencia a la playa de Las Canteras y a (la que para los nostálgicos como nosotros hubiese sido una muy buena playa donde practicar surf) la playa de Las Alcaravaneras. Sabemos por surfers actuales de cierta edad que en el lado este de nuestra ciudad, por la zona de Vegueta y/o el cementerio de Las Palmas se surfeaban olas en ciertos períodos del año muy muy buenas.

Para más nostalgia el imaginarnos como Agatha describe ese hotel Metropole donde la orilla o la arena de la playa llegaba hasta la puerta. ¿Se lo pueden imaginar? Una playa de Las Alcaravaneras donde la arena llega hasta la misma puerta del actual ayuntamiento. ¡Tuvo que ser una playa increíble!

Pues como íbamos diciendo, no tenemos muy claro que Agatha haya surfeado en Las Palmas de GC y exponemos aquí nuestras razones. A partir de aquí, todo son conclusiones, es decir es lo que nosotros pensamos sin llegar a ser un hecho.

 

 

 

Antiguo Hotel Metropole Foto:Archivo Agatha Christie

 

Agatha estuvo en nuestra ciudad en febrero de 1927, época del año un poco complicada en nuestras playas para hacer surf, actualmente y en cualquier época pasada, y más con la experiencia (o inexperiencia a vistas de alguien que lo ve en el momento actual) que podría tener ella. También pensamos que en ese momento de la historia la parte que conociera de Las Canteras sería en la que precisamente no hay olas, es decir, que no creemos que se haya acercado a la zona de La Cícer que es donde no está la barra y donde entran olas. Además, por lo que hemos investigado estuvo alojada en el hotel metropole aproximadamente un mes. No sabemos si le dio tiempo a conseguir una tabla o a que le fabricaran una (recuerden que en esa época las tablas eran de madera). En todo caso tuvo que habérsela traído ella junto con su equipaje, hecho que no consta en ningún sitio. Y por último no hay ningún texto o carta donde se refleje el hecho de haber surfeado en Las Palmas de GC excepto lo que publican las webs actuales en las que se da este fenómeno como un hecho (no sabemos si es más unas ganas de que esto haya sido así que la realidad propiamente dicha) pero que nosotros pensamos que nunca se dio. Es más, incluso periódicos digitales de renombre en nuestras islas dan por hecho que la escritora vino a Canarias a “aprender a hacer surf” cuando en esa época en Canarias no se “hacía surf” y cuando la escritora ya había estado por parte del planeta practicando surf incluso en Hawai.

Independiente de que esto sucediera o no está claro que Agatha Christie es la escritora más leída de la historia, y que probablemente fue la primera mujer occidental (documentada) en ponerse de pie sobre una tabla de surf. Además, que estuvo en nuestra tierra y que parte de sus libros fueron escritos aquí en Canarias también es un hecho. Todo esto son méritos más que suficientes para que el Ayuntamiento de Las Palmas de GC le haya puesto su nombre a una plaza junto a la playa de La Cícer en la zona donde actualmente se encuentra el gimnasio Gofit o La Cruz Roja. Pensamos que es un buen lugar para ponerle su nombre a una plaza aquí en nuestra ciudad ya que independientemente de que haya surfeado en Canarias o no pensamos que por la pasión que tuvo a lo largo de su vida por el surf a ella le hubiera gustado estar unida a este lugar que actualmente es una de las zonas más vinculadas con el surf que hay en Canarias.

 

 

Vista antigua de la playa de Las Canteras Foto:Archivo Fedac

 

 

Pero como decíamos, nuestra opinión (desde la experiencia de muchos años de surf) es que Agatha no llegó a surfear en Canarias pero esto es sólo nuestra opinión pero pudo pasar que sí surfeara en Las Palmas de GC. Y si esto sucedió así deberíamos cambiar muchas cosas en la historia que conocemos actualmente del surf en Canarias y en España.

Cuando leemos acerca de la historia del surf en España y en Canarias (las primeras fuentes documentadas) vemos que lo que se supone que sucedió es que los primeros inicios del surf se dieron en diferentes puntos de la península a principios de los años 60. Y que en Canarias ese fenómeno llegó casi a finales de los 60 (año 68).

En este punto tengo que recoger una anécdota personal que es que mi padre se crió de niño junto al cuartel de Las Coloradas ya que su padre (mi abuelo) era militar en ese cuartel. Él solía contarme como durante su juventud solía bajar a pescar y a jugar con sus amigos a la zona de El Confital. En alguna ocasión le pregunté que cuándo fue la primera vez que vio a alguien surfear en El Confital y estuvimos haciendo los cálculos. Como él más tarde se mudó a otra casa y sabíamos en qué momento había sido y la edad que tenía pudimos concluir que “sobre el año 58 o 59 ya había algún extranjero surfeando allí”.

Pero claro, esto es sólo un testimonio no escrito y no hay pruebas de ello. Pero desde aquí animo a todas aquellas personas que en algún momento estuvieron vinculados a ese lugar que pregunten a sus padres o abuelos e intenten alcanzar sus propias conclusiones.

El hecho es que cuando buscamos información sobre la historia del surf en España y en Canarias se  da por hecho que fue sobre los años 60.

Si al final tras la lectura de este artículo concluimos que Agatha Christie sí surfeó en Canarias en 1927 estaríamos hablando de que sería la primera persona (hombre o mujer) en surfear en algún lugar de España. Y el hecho de que haya sido precisamente una mujer la primera persona en surfear en Canarias y por ende en España le da un plus que creemos que de alguna manera debería estar más reconocido. Además, estaríamos hablando de que el primer lugar donde se hizo surf en España fue aquí en Canarias y no en la península como actualmente está reconocido. Todos estos hechos nos hacen querer que Agatha Christie haya surfeado en Canarias pero la realidad es que no hay constancia de ello. Pero para todo aquel surfero o persona aficionada al surf que lea este artículo le voy a hacer una pregunta y dejar abierta la puerta a la duda…

¿Quién después de haber conocido el surf y de haber surfeado entre otros sitios en Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y sobre todo después de haber surfeado en Hawai se hubiera resistido a darse un baño y “coger unas olas” en una de las dos magníficas playas que teníamos en ese entonces en Las Palmas de GC?

 

SurfenCanarias

 

 

Agatha saliendo del agua con su tabla Foto:Archivo Agatha Christie

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